jueves, agosto 25, 2022
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Malsana y dañina actuación fiscal

Toda actuación malsana y dañina de los llamados operadores de justicia que genera violación a los derechos humanos, atrocidades y…


Toda actuación malsana y dañina de los llamados operadores de justicia que genera violación a los derechos humanos, atrocidades y hastíos en el administrado de justicia y a los que ejercen el derecho, hace alto difícil que se administre justicia.

Lo anterior (parafraseando a un litigante), alude una conducta que lamentablemente lesiona la administración de justicia, lo peor no es eso, con tal proceder, por caso, en la fiscalía, en funcionarios como Diana Coromoto Rodríguez Aranguren, cobra vida la “cínica retórica” atribuida al Fiscal General de la República.

Nada más falso e improbable que la buena fe en ese contexto, porque, además de la procacidad, prevalecería el lucro de tramitación en causas fiscales, únicamente en determinados y determinables casos por el quantum de la retribución económica a percibir. 

Anomalías en la tramitación de causas fiscales en manos de la abogada Rodríguez Aranguren, Fiscal Provisorio Décimo Cuarta (14°) del Ministerio Público en el estado Yaracuy, sugieren que estaría incursa en manejos dolosos de causas atesoradas por ella.

Diana Coromoto Rodríguez Aranguren, nacida en 1988, egresó como Abogado de la Universidad de Carabobo, dedicándose al libre ejercicio de la profesión en los estados Carabobo y Aragua, la mayor de las veces con reveses en las decisiones que procuraba para sus representados.

Poco plausible su desempeño profesional. Año 2013, estado Carabobo, en un caso laboral, Expediente N°: GP02-R-2013-000085, no colmó las expectativas de su representada; año 2014, Expediente GP02-S-2014-000102, en materia civil logró un acuerdo poco satisfactorio; año 2015, esta vez en el estado Aragua, Expediente Nº TR. 17.840-14, en materia de seguro y representando a una empresa del ramo, salió con las tablas en la cabeza. La cronología se alarga.

Como asistente legal en la empresa de seguros cumpliría sus funciones sin pena ni gloria. Un golpe de suerte haría posible su ingreso al Ministerio Público el 23 de agosto de 2017, cuando Tarek William Saab la designa Fiscal Auxiliar Interino en la Fiscalía Décima Cuarta (14°) con sede en San Felipe, estado Yaracuy, y competencia en materia Civil, Contra la Corrupción, Bancos, Seguros y Mercado de Capitales.

En menos de un año, el miércoles 7 de marzo de 2018, arriba al cargo de Fiscal Provisorio, encargada de la Fiscalía Décima Cuarta. Decir que arribó no es gratuito, numerosos indicios apuntan a que es una arribista y, además, sería corrupta, una mezcla nada extraña hoy día en muchos funcionarios públicos.

Es un tema rudo, pero, simple. Gracias a su vertiginosa trayectoria, diferente a meritoria, Diana Coromoto Rodríguez Aranguren, además de Fiscal Provisorio Décimo Cuarta, desde hace cerca de 10 meses también es la encargada de la Fiscalía Décima con competencia en Drogas, Salvaguarda, Bancos, Seguros y Mercado de Capitales, en la misma circunscripción.

Su rasgo característico, ser inquisitiva, manifiesta a voz populi que “el Ministerio Público está es para meter presa a la gente”, considera que todos son culpables y que nadie merece un cambio de medida, menos, mientras ella esté allí encargada. Todo sería un ardid.

Dirige sus investigaciones a la culpabilidad, aunque no encuentre elementos probatorios, demostrativos, aparentemente movida por fines crematísticos. En tal sentido, sería innegable que cobra para entregar vehículos, teléfonos, y cuando no hay pago por delante, abusaría retardando la entrega entre 4 a 6 meses, con tal de sacar provecho de la necesidad del solicitante.

Secreto a voces. En los casos que le ofrecerían dinero, se los quita al fiscal asignado para tramitarlo, a fin de llevarlos ella misma, incluso, denuncias de extorsión hechas en contra de funcionarios policiales, las toma a título personal y las trabaja por la Fiscalía 14, no siendo ese el legal desarrollo de la investigación.

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