Cuando él se fue de mi casa… comenzó el infierno
Un estómago hambriento, una cartera vacía y un corazón roto, pueden enseñarte las mejores lecciones de la vida… Robín Williams…
Un estómago hambriento, una cartera vacía y un corazón roto, pueden enseñarte las mejores lecciones de la vida… Robín Williams
Es común escuchar que los matrimonios o relaciones de pareja sin encontronazos, sin desavenencias, son como rosas sin espinas. También es sabido que cuando esos conflictos superan el límite de lo racional se habla de pareja o familia disfuncional, porque suelen afectar a todos en el hogar. Situaciones de esa naturaleza abundan, por diversas causas, que incluyen hasta las religiosas, siendo preocupante las asociadas a perturbaciones psicológicas y/o mentales, como resulta ser el caso planteado por Gabriela Yeiret Mijares Pacheco.
Tras enamorarse, Gabriela Yeiret, gerente de una institución bancaria con una carrera laboral estable, y Pablo Ulises García Pérez, un médico con poco tiempo de graduado, sin trabajo fijo, decidieron unir sus vidas y en un apartamento propiedad de ella establecieron el hogar en el que procrearon dos hijos. Aunque notó que Pablo era fuerte de carácter, inicialmente no existieron motivos para alarmarse, hasta que su mal carácter irrumpió como un tsunami y los tsunamis arrasan con todo. De la noche a la mañana, Gabriela se vio envuelta en el círculo vicioso que suelen generar los agresores: violencia, arrepentimiento (ratón moral), propósito de enmienda y vuelta al comienzo, a la violencia verbal inicial se sumó la violencia física, el aislamiento de la familia de ella, las ofensas que se tornaron en difamaciones, en injurias. Para colmo de males, no honraba sus obligaciones de pater familias. Pablo, en abril de 2018 abandonó el hogar, luego se divorciaron.
Antes de proseguir es bueno aclarar que el mal carácter no es genético, sino una conducta aprendida por las circunstancias de la vida. Normalmente esconde mucho dolor y sufrimiento del pasado que no se ha resuelto. Es una conducta tóxica, como dicen ahora, o sea dañina, producto de una afectación, en el presente caso, “la AFECTACIÓN PSICOLÓGICA DEL CIUDADANO PABLO ULISES GARCIA PEREZ”, la cual consta en Informe Psicológico emitido por el Servicio Autónomo de Protección y Atención de Niños, Niñas y Adolescentes de Aragua (SAPANNA). Documento oficial del cual es fácil inferir la grave afectación psicológica de Pablo y la existencia de grave riesgo para la salud psíquica y estabilidad emocional de sus hijos.
Durante la tramitación del divorcio y luego del mismo, dio muestras de haber aceptado que el del problema era él, incluso, planteó la reconciliación. No hubo reconciliación y sobrevino otro tsunami, más devastador, con incursiones violentas al conjunto residencial donde está ubicado el apartamento, insultos, amenazas, con un agravante, sin cumplir correctamente con el régimen de convivencia, menos con el de manutención, establecidos en fecha 01-02-2019 por el Tribunal 8º de Mediación y Sustanciación de Protección de Niños Niñas y Adolescentes del Circuito Judicial del Estado Aragua, cuando se dictó la sentencia de divorcio.
De su actitud hostil reiterativa y mensajes telefónicos sarcásticos y ofensivos pasó a una ofensiva judicial. En mayo de 2019 arremetió judicialmente contra Gabriela en el mismo tribunal de protección, dando lugar a un proceso con diversas actuaciones de sus apoderados, demostrativas de que el interés superior de los niños no es lo prioritario, puesto que en el curso del mismo se quiere favorecer a Pablo sin importar que para ello incurran en irregularidades, por ejemplo, la Fiscalía 16 de la referida jurisdicción no agregó en los autos la evaluación psicológica antes aludida, la ocultó durante siete meses, cuando Gabriela obtuvo copia de dicha evaluación en el SAPANNA, agregándose a la causa en febrero de 2020, fue obvio porque la ocultaron, pues en la misma se estableció: “(…) PABLO ULISES GARCÍA PÉREZ: (…) PADRE: (…) DOC (DAÑO ORGÁNICO CEREBRAL), TRASTORNO DE PENSAMIENTO O SIGNO DE CONFUSIÓN, MARCADO DESAJUSTE DE LA PERSONALIDAD, conducta hostil, CONDUCTA AMBIVALENTE DE ACERCAMIENTO-RECHAZO, ansiedad, agresividad, PROFUNDA PERTURBACIÓN DE LA PERSONALIDAD, falta de límites claros, inseguridad, trastornos de las relaciones interpersonales, tendencia al descontrol e impulsividad. (…) SENTIMIENTOS DE CULPA, CONFLICTOS EN EL ÁREA SEXUAL, INMADUREZ EMOCIONAL, EGOCENTRISMO, DEPENDENCIA MATERNA, ansiedad, agresividad, intento de control de impulsos, conducta actuadora, arrogancia y narcisismo.”
Lo señalado en este informe respecto al trastorno de ambivalencia, profunda perturbación de la personalidad y los conflictos en el área sexual, permiten explicar cómo fue que Pablo Ulises García Pérez pasó del amor a ese odio por Gabriela que lo ciega, a perseguirla sin límite alguno, y la utilización de los niños como mecanismo para vengarse de ella. No le faltó razón a ella cuando en referencia a él me explicó el origen de lo que califica simplemente de infierno: “Pablo, un hombre de muy pocos amigos, escasas relaciones laborales, que pierde los estribos rápidamente, provocador, desmesurado en sus reacciones, pues como dicen coloquialmente “usa una escopeta para matar una hormiga”, esas actitudes le afectaron laboralmente, y comenzó a aplicarlas conmigo, ya yo no quería acompañarlo ni a hacer diligencias porque le tenía miedo, cualquier cosa lo exaltaba, peleaba en el supermercado, con el carnicero, con el cuidador del carro, en el auto lavado, si alguien no le daba paso en la autopista le lanzaba el carro (lo cual era a diario porque vivíamos en Maracay y él trabajaba en La Victoria), ante mi angustia por sus actitudes, lo llevé con la psicólogo, a quien le pedí que evaluara si Pablo necesitaba terapias de ira, fuimos a unas 4 sesiones. Yo tenía miedo de sus explosiones de ira, las cuales ya comenzaban a presentarse en casa también.”
La multiplicidad de acciones ejercidas por su ex cónyuge y las continuas comparecencias a esos organismos oficiales durante varios meses, terminaron afectando el clima organizacional del área a cargo de Gabriela como Gerente del Banco Nacional de Crédito CA. Finalmente, en el mes de octubre de 2.019 tuvo que presentar su renuncia. En todas las oportunidades que Pablo la ha denunciado, con la pretensión de hacer ver que es una mala madre, ella ha demostrado no sólo que a él le falta razón, sino que está fuera de sus cabales. Sin embargo, aquí viene lo más grave, con la misma mala fe que ocultaron la evaluación donde consta la afectación psicológica de Pablo, ahora pretenderían materializar una Medida Preventiva de Custodia Provisional a favor de él.
En criollo, estarían ayudando a Pablo a concretar su venganza contra Gabriela, quitándole los hijos a ella. No es descabellado pensar que lo hagan, por algo Aragua es la guillotina judicial del país, lo digo con conocimiento de causa y este caso me lo viene a confirmar, con mayor razón cuando los apoderados judiciales de Pablo son ex fiscales, ex jueces de Protección, una ex Directora de Familia del Ministerio Público, por lo que tienen un acceso amplio a la Fiscalía Pública y a los Tribunales de Menores, y han conseguido que se lleven a cabo todo tipo de irregularidades en los procesos iniciados contra Gabriela y que daremos a conocer oportunamente.
Amenazada, perseguida, hostigada personal y judicialmente, desesperada, por la posibilidad de perder a sus hijos, pues está segura que Pablo los sacara del país, Gabriela hace un llamado a las autoridades judiciales para que realmente se haga justicia, que valoren seriamente el riesgo que corren los niños de ser afectados por su padre en razón del cuadro clínico de perturbación psicológica que presenta y que, por si fuera poco, quiere alejarlos de su mamá, solo por venganza, un padre que les ha negado dinero para gastos escolares, medicinas, vacunas, consultas médicas, alimentos, recreación, vestido y calzado, además de dedicarse a crearles un ambiente de intranquilidad e inestabilidad emocional.
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