Tiranos unidos: Guerra y muerte
Nada de lo que sucede alrededor nuestro nos debe ser ajeno y menos aún en estos tiempos de globalización, pandemias…
Nada de lo que sucede alrededor nuestro nos debe ser ajeno y menos aún en estos tiempos de globalización, pandemias y demás situaciones mundiales en las que nos hemos dado cuenta y hemos aprendido lo efímera que puede ser nuestra paz, nuestra tranquilidad, así estamos ubicados en el extremo opuesto de dónde haya un suceso que afecte la cotidianidad de los pueblos.
Hacerse los locos no es una opción pues el estremecimiento llegará donde estemos tal como los tsunamis luego de algún sismo aislado. Las cadenas de producción, las interconexiones que se han creado desde el punto de vista geoestratégico, sociopolítico para la defensa y salvaguarda contra la búsqueda perenne de las potencias insaciables por dominar cada vez más territorios a todo costo.
Los dementes que imponen de a poco sus convenientes leyes para perdurar en el poder de sus naciones, una vez entonados, pronto buscan ocupar con cualquier teoría, otra vez para su provecho, otros territorios con el fin de mostrar su poderío y ego malsano.
En nombre de la justicia y con tanto poder acumulado hacen cumplir sus antojos sanguinarios.
En esta semana que termina vimos con mucha preocupación la invasión a Ucrania, el pasado jueves 24 por decisión arbitraria de Vladimir Vladimirovich Putin y es definitivamente una historia cantada, ya los EE.UU lo venían advirtiendo y quedó tristemente confirmada. La invasión Rusia a gran escala fue un ataque a la democracia y la libertad. Ucrania es un país que durante décadas ha disfrutado el derecho de elegir su propio destino y eso desde luego no le interesa al asesino dictador de Rusia (Putin) quien ya lleva 22 años en el poder. Tener un país vecino de Rusia con plena libertad y democracia es para Putin una amenaza pues evidencia la diferencia en prosperidad y desarrollo y para remate es inconcebible para el tirano que Ucrania haya manifestado su intención de pertenecer a la OTAN cómo es su legítimo derecho.
Es importante destacar que la Constitución Rusa de 1993 permitía que la presidencia, sólo podía ejercerse por dos períodos consecutivos y Putin la modificó como suelen hacer los tiranos a quienes no les gusta ser llamados dictadores.
Con esta invasión se revive el síndrome de Adolf Hitler, el expansionismo de un loco comunista con la ambición desmedida y anacrónica de querer dominar el mundo.
Los países de occidente, o sea, la Unión Europea y los EE.UU no pueden quedarse en sanciones, pronunciamientos en apoyos y mirar para otro lado porque ya vieron que Putin no tiene palabra -cómo buen comunista- y se cansó de repetir hasta la saciedad que no invadiría y no le importó las severas sanciones ni el caos económico que toda su codicia le pueda producir a Rusia.
Los errores de la historia reciente cometidos por occidente se comienzan a pagar caros, si hubieran reaccionado adecuadamente a la ocupación de Osetia del Sur en 2008, Crimea en el año 2014 esta guerra en Ucrania se podría haber evitado. Desgraciadamente, se puede decir que occidente perdonó a Rusia su brutal conducta en Georgia.
El discurso de Putin es calcado al de Hitler, este desquiciado anexó Crimea como en 1939 Hitler invadió Polonia con la excusa de que necesitaba incorporar una zona de Prusia que había quedado alejada de Alemania. Y se quedó. Ahora lo hace en una parte de Ucrania porque dice que es parte del pueblo ruso, tantos años después de haberse desmembrado la URSS. En la época de Hitler, la excusa era la nación alemana. «Tenemos que recuperar los territorios de la nación alemana
Otro dato de la historia es que este personaje, tal como Hitler en la Segunda Guerra mundial, va probando dónde y cómo ir ocupando tierras ajenas, un poquito por acá, otro intento por allá. Este caso de Putin en Ucrania recuerda cuando Hitler anexó a Austria, después parte de Checoslovaquia y finalmente Polonia.
La mejor prueba de evocar la amarga historia fue que después de 24 horas de iniciar la invasión a Ucrania, Putin lanzó sendas amenazas a Suecia y Finlandia de que tendrían graves consecuencias si se incorporan a la OTAN.
Soy de los que creo que occidente debe fortalecer su posición, atender la súplica del presidente ucraniano Volodímir Zelenski y decir vamos ahora y parar de una vez su barbarie evitando males mayores.
No olvidemos que Putin antes de invadir a Ucrania visitó a China lo que no descarta que hayan acordado sincronización y quizás China esté esperando la reacción de Occidente para ver si luego hace lo mismo con Taiwán.
Putin ha demostrado que es un otro enajenado mental con ambiciones descomunales, un patán sin escrúpulo y como era de esperar los «personajes» que lo apoyan son una banda de narcotiranos y crueles criminales como los dictadores de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, el heredero de los nefastos Castro Ruz de Cuba, Miguel Díaz-Canel, el cruel dictador y destacado asesino de Corea del Norte, Kim Jong-un, de China, Xi Jinping, la joyita de Nicaragua Daniel Ortega y el que no podía faltar, el papá de los helados, el capo internacional colombiano y presidente de Venezuela, Nicolás Maduro Moros. La crema y nata de las fuerzas del mal o la peor peste de la humanidad, el narcocomunismo.
Pienso y analizo desde la cárcel del exilio que lo más doloroso, terrible e indignante es que ese extranjero que usurpa el poder en Venezuela, sea cómplice y apoye dicha guerra y peor aún haya arrastrado a nuestra pacífica patria, en tan descabellada y despiadada acción como lo es la guerra.
Somos parte del mundo y por eso nuestra paz depende en primer lugar ni salir de esta tortura en la que el hoy felizmente difunto Hugo Chávez nos metió, los venezolanos no estamos de acuerdo no estamos representado por estas lacras y somos cómplices de acciones que deriven en ninguna guerra ya suficiente tenemos convivir en un país devastado peor que si le hubiera colocado tres bombas atómicas juntas.
Los gobiernos y pueblos pacifistas y democráticos del mundo debemos enfrentar esto que hoy hace sufrir al pueblo ucraniano.
Es momento de unirse y actuar e ir poniendo límites a la demencia de pocos pero que domina la voluntad de muchos, yo no descanso, yo sólo pienso en denunciar y enfrentar a estas alimañas con lo único que me queda LA PLUMA Y LA PALABRA.
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