Verdugo también tiene su hora
Es innegable que la esencia de lo que somos viene del ejemplo, lo visto y escuchado en nuestro entorno familiar,…
Es innegable que la esencia de lo que somos viene del ejemplo, lo visto y escuchado en nuestro entorno familiar, escolar, aquellas reprimendas y enseñanzas, amor y respeto hacia el prójimo que nos mostraron nuestros padres y maestros hasta forjarnos como personas listas para el trabajo y la contribución a la sociedad. En mi caso agradezco tanto mi crianza, dentro del hogar escuchaba «haz el bien sin mirar a quién«, en mi escuela fomentan el compañerismo, amigos para lo bueno y lo malo; por estas razones me cuesta tanto entender de qué forma han sido criados y qué cosas tuvieron que ver en sus años de formación esos seres perversos, sin moral, sin ética quienes a plena luz, constantemente y con el poder usurpado, con engaños y artimañas sin un ápice de pudor roban los dineros a un país, humillan, torturan, matan y crean la crisis humanitaria más espantosa vista en la era moderna. A algunos de esos que en Venezuela ejercen la maldad como profesión pienso que los criaron con resentimientos, siempre viendo con odio al vecino que con más esfuerzo tuvo mejores condiciones de vida, lo criaron para envidiar y vengar sus frustraciones por tanta mala idea y poca aceptación entre su entorno. Solo con poder y pagando con prebendas pudieron ser «populares» y consiguen someter a quienes se les antoja.
En el mundo, gracias a Dios, hay menos de estos mal nacidos que gente de bien, pero son tan sanguinarios que destacan por lo aberrante de sus crímenes.
En Venezuela tuvimos en la historia contemporánea a un repulsivo representante de esa especie: Pedro de Alcántara Estrada Albornoz, popularmente llamado Pedro Estrada, fue el temido y cruel director de la policía política (Seguridad Nacional) en la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, siendo apodado como «El Chacal de Güiria». Tuvo responsabilidad en miles de crímenes abusando del poder que ostentaba sin límites.
Hoy podemos afirmar que el Chapo del Furrial, Diosdado Cabello Rondón, es el hombre más odiado, inclusive más que Maduro por ser tan reptil y patán en cada una de sus actuaciones, o sea, el Pedro Estrada del régimen, con la diferencia en el tiempo que Pedro Estrada no era narcotraficante.
Una investigación de Amnistía Internacional, junto a las organizaciones venezolanas Centro para los Defensores y la Justicia y el Foro Penal, devela la correlación entre los mensajes estigmatizantes y la política de represión y persecución del régimen, empezando por el programa, El Mazo Dando, que conduce este Chapo Cabello en el cual los mensajes de odio y resentimiento en contra de los que hablan o escribimos en contra de la narcotiranía son evidentes y consuetudinario, es considerado como una orden de aprehensión que le dicta a los fiscales y jueces de la República. Es el dueño del poder, el que decide a quien apresar, a quien matar, si un alcalde o funcionario de la dictadura le molesta lo elimina de alguna manera. Siempre, desde que a Chávez se le escapó de las manos el poder
Maduro lo utiliza como herramienta de censura para detener arbitrariamente a personas defensoras de derechos humanos, por razones ideológicas, poniendo así de relieve una política continuada de represión y persecución como uno de los miles de casos, entre ellos, el del profesor universitario Javier Tarazona de Fundaredes.
Esta es la conclusión que se refleja en el informe Represión calculada: «Correlación entre las estigmatizaciones y las detenciones arbitrarias por motivos políticos en Venezuela«, publicado esta semana por Amnistía Internacional junto a las organizaciones venezolanas Centro para los Defensores y la Justicia (CDJ) y el Foro Penal, donde exponen la perfecta coordinación en esta forma de represión contra personas críticas o incómodas para el gobierno.
Esa es la política de terror que han venido utilizando para sembrar miedo y neutralizar a todos los que denunciamos. En el informe del estudio hecho por las organizaciones antes señaladas, identificaron más de 300 eventos de estigmatizaciones, censuras entre enero del 2019 y junio del 2021. Pero la persecución se ha recrudecido tanto que en 2020 creció un 42% y en el primer semestre del 2021 alcanzó el 77%.
De acuerdo con el estudio, en 486 detenciones arbitrarias, el portal web “Misión Verdad” había realizado estigmatizaciones tres días antes de que sucediera el arresto. De igual forma, en 481 casos habría ocurrido lo mismo por parte del programa televisivo ‘Con El Mazo Dando’, y en alrededor de 100 casos los arrestos se producían tres días después de que el portal ‘Lechuguinos’ publicará información acusatoria.
Se han podido salvar de la pandemia, del chingo o del sin nariz éstos crueles y cobardes criminales, pero no se podrán salvar de la justicia internacional ya que el Tribunal Penal Internacional abrió el pasado mes de noviembre una investigación formal a Venezuela y además contamos sin falta con la justicia Divina.
En mis reflexiones desde el exilio sacó a colación aunque a muchos les parezca que son gestiones muy lentas, un dato muy importante: en el año 2020 la misión de la ONU vinculó a Maduro y a altos funcionarios de altos cargos del gobierno, con crímenes de lesa humanidad. Cada paso en cada institución internacional suma y avanza hasta que logren ayudarnos a liberarnos del yugo narcoterrorista.
¡Epa Diosdado! te has ganado tanto odio por miles de familias a las que les has arruinado la vida, quiero recordarte y que te veas en el espejo de cómo murió Muamar el Gadafi.
Sin descanso y con el objetivo más claro cada día denunció y deseo que el fin de esas alimañas sea pronto. La tarea sigue siendo la misma, enfrentarlos sin cansancio con lo único que me queda LA PLUMA Y LA PALABRA.
José Gregorio «El Gato» Briceño Torrealba.
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