Venezuela celebra la beatificación del Doctor José Gregorio Hernández

Durante la mañana de este 30 de abril, en la Iglesia del Colegio La Salle en Caracas, se celebró la beatificación del Doctor José Gregorio Hernández, presidida por El Excelentísimo Monseñor Aldo Giordano.

La ceremonia, muy esperada por la feligresía nacional comenzó a las 10 de la mañana, a la que asistieron autoridades de la iglesia católica venezolana, así como Yaxury Solórzano, la niña en la que el Doctor de los Pobres obró un milagro de vida.

Además, el Episcopado Venezolano dijo presente en este momento tan esperado por el pueblo venezolano.

La ceremonia comenzó con las palabras del Cardenal Baltazar Porras, quien destacó que esta es la fiesta del médico de los pobres, celebró que “Hoy repican las campanas del corazón, antes que la de los templos, porque la fe se lleva primero en el alma”.

Yaxury, vestida con un liquiliqui blanco, caminó en compañía de su madre con la reliquia de José Gregorio hasta el altar de la iglesia, donde la esperaban las autoridades religiosas.

¡El Médico del Pueblo ya es Beato!

Al finalizar la beatificación Mons. Aldo Giordano dijo “De ahora en adelante (José Gregorio) será llamado Beato y que será celebrado cada año en los lugares el 26 de octubre“.

Durante la ceremonia se develó la réplica del mosaico que reposará en Trujillo en honor al Beato José Gregorio Hernández, realizado por el artista barquisimetano, Luis Mogollón.

Resaltó el Monseñor Giordano, que a partir de hoy el Beato José Gregorio no pertenece solo a los venezolanos, sino que se dona a la iglesia universal y al mundo entero. Quien además resaltó que el Papa Francisco cuenta con intenciones de visitar nuestra nación.

Al finalizar la ceremonia, se realizó la entrega de los relicarios a los Obispos del país, para ser entregadas a las diócesis a nivel nacional.

Las reliquias fueron hechas por las manos de las Hermanas Siervas de Jesús, con la guía de la doctora Silvia Corrales. “José Gregorio seguirá sanando las enfermedades de los cuerpos”, dijo el Cardenal Baltazar Porras.